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¿Son los 10 mandamientos para nuestros días?
- 12 julio, 2022
- Posted by: Aprendiz
- Categoría: Biblia
1.- Un solo Dios.
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón y de toda tu mente. Hoy en día el relativismo cultural domina el pensamiento y acción de la sociedad; la verdad para muchos no puede venir de una fuente o un ente sobrenatural. También hay confusión a la hora de hablar de un solo Dios, la confianza de nuestros logros es más fácil adjudicarla a las fuerzas que tenemos al aceptar que puede haber un ser más poderoso que nos permite tener vida.
Sólo tenemos que comparar y hacer un recuento sobre las culturas que han sido politeístas, dónde han acabado y qué han logrado. Culturas que han sido grandes y dominantes en ciertos tiempos; pero no han logrado sobrevivir y hoy vemos ruinas de esas culturas que no aceptaron que hay sólo un Dios en el Universo hacedor de todas las cosas que vemos hoy.
Este es el primer mandamiento que nos debe regir, la imagen a la que fuimos creados nos lo pide en el interior y no hay poder que nos pueda fortalecer y librar que el de tener un Dios verdadero.
2.- No te harás imagen ni semejanza.
Hoy los ídolos están por doquier, de lo más insignificante los hombres hacen ídolos, personas a seguir y que adoran por sus logros en algunos ámbitos como: los negocios, el deporte, la ciencia, etc.
¿A qué personaje inculcarías a tu hijo que siguiera? Si pusieras una lista de personajes que pudieran ser ejemplo a seguir ¿a quién elegirías? Las imágenes que están sobre nosotros son cargas y nos pueden llenar de ignorancia, es fácil perder el rumbo cuando esos ejemplos de personas a seguir ganan millones de dólares; pero no tienen ninguna característica favorable hacia la sociedad. ¿Te imaginas en qué puede gastar una persona un millón de pesos al día, comparado con un salario mínimo de 70 pesos al día? Es un ejemplo claro de dónde está puesto el interés de la gente al tener ídolos reflejados en personas.
La confianza en el mundo está más en la suerte que en la bendición, los amuletos o la consulta a los adivinos pueden tener más fe que reconocer que no puede haber más de un Dios y Cristo nos dice que no hay otro digno de recibir honra, gloria y alabanza:
“Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: “AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y A EL SOLO SERVIRAS.” Lucas 4:8.
3.- No tomar el nombre del Señor en vano.
¿Cómo habla hoy la gente? Prometemos y juramos por muchas cosas, pero ya la palabra del hombre no vale, cuando decimos que vamos a cumplir con nuestros compromisos y preferimos dar la espalda o poner pretextos antes que cumplir, esto trae graves consecuencias porque la mentira y el engaño se vuelve parte de nuestra sociedad y consentimos esto con la corrupción. Si nuestro entorno es corrupto, también somos cómplices de esa corrupción cuando ya tenemos indiferencia al problema y podemos ser culpables del resultado que trae consigo. Nuestro hablar debe ser de una forma simple:
“Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” Mateo 5:37.
Sólo debemos escuchar por un momento nuestro entorno y analizar las expresiones que dice la gente, no podemos decir que hacemos cosas en nombre de Dios, cuando no es el cumplimiento de su voluntad. Se han cometido delitos y crímenes en el nombre de Dios y esto es una falta grave delante de Él y también para los que analizamos las escrituras.
4.- Y acordarte has del séptimo día para santificarlo.
Haciendo por un momento de lado un día en específico, la pregunta para este mandamiento es ¿En qué gastamos hoy en día nuestro tiempo? Es para ayudar a los demás haciendo caridad, o comunicarnos con nuestros semejantes; tal vez sea en educación para ser más sabios. Comúnmente se va el tiempo en escuchar la radio, ver la televisión, alguna red social, juegos electrónicos o leer alguna revista; cada uno de esos medios generalmente tratan temas vanos que no son de nuestro beneficio como buscar una pareja guapa o hermosa, trabajar día a día para comprarnos la casa de nuestros sueños o el auto último modelo, tener el celular de última generación que nos permite estar a la vanguardia, etc.
Hay tiempo para todo y debemos alimentar una parte de nosotros que tenemos muy abandonada, el hombre interior el cual se alimenta no con cosas materiales sino con cosas espirituales que provienen de Dios; así que se diseñó un día para cumplir ese propósito, y un día está compuesto por 24 horas de tarde a tarde.
“También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado.” Marcos 2:27.
5.- Honra a tu padre y a tu madre.
Hay siempre una jerarquía en las sociedades, hay quien está a la cabeza y es el que dispone de las normas sobre las que se regirá una empresa, un país, una casa, etc. Podemos tener malos presidentes, malos jefes en nuestros trabajos y también podemos tener malos padres que nos maltratan; pero en la jerarquía independientemente de quién sea el que se encuentra arriba de nosotros, lo debemos respetar. Cundo no estamos de acuerdo con las actitudes de nuestro jefe, simplemente renunciamos o somos despedidos; en un país si no nos gusta la forma de gobernar de un presidente, vivimos así o nos cambiamos de residencia a otro país; y por último en la casa si no nos gusta la forma en cómo son nuestros padres con nosotros nos salimos y punto.
Pero eso está muy lejos de la visión de nuestro Dios, quien nos exige respeto hacia los mayores y honor a los padres. ¿Cómo puede ser que los adolescentes de hoy en día estén tan seguros de saber mucho más sobre la vida que quienes los educaron? ¿Por qué todo niño tiene automáticamente derecho a recibir absolutamente todo de sus padres; pero años después, cuando los padres necesitan ayuda suelen negársela?
Si hay un respeto a Dios, también debe haber un respeto a quienes nos criaron, no podemos romper ese orden porque si no respetamos a quienes directamente son los que mandan en nuestras casas, tampoco respetaremos a quien hizo a cada uno de ellos.
6.- No matarás.
La vigencia de este mandamiento lo enseña el salmista de la siguiente forma:
“Escóndeme de los planes secretos de los malhechores, del asalto de los obradores de iniquidad, que afilan su lengua como espada, y lanzan palabras amargas como saeta, para herir en oculto al íntegro; lo hieren repentinamente, y no temen.” Salmos 64: 2-4
Porque hoy en día son las palabras las que pueden matar a una persona, en su interior duele más una maldición que una bala que pueda atravesar el corazón. En las personas ya es común que por las calles vayan maldiciendo como si fueran palabras sin efecto.
Cristo también nos enseña que quien se enojare con locura con su hermano será culpado de muerte, de una boca no puede salir bendición y maldición, una fuente no puede dar agua dulce y agua amarga. Por ello no es necesario tener cuchillo de metal o una pistola de fuego, las palabras son igual de mortíferas para las personas que todas esas armas.
7.- No cometerás adulterio.
Hubo un tiempo en que la gente entendía que el amor verdadero era un prerrequisito necesario para la intimidad y que el matrimonio, era la forma ideal de describir la unión perfecta entre un hombre y una mujer.
Hace falta mucho coraje para desafiar a una cultura que valora la promiscuidad sexual y que glorifica la obsesión con la pornografía. Nuestra sociedad le enseña a nuestra juventud a creer que el placer físico es el mayor bien que hay y que ser sexualmente atractivo es más importante que el carácter, la inteligencia y que cualquier otro logro humano. Desde el sexo casual hasta las uniones adúlteras, el mundo occidental contemporáneo ha cambiado el séptimo mandamiento por el libertinaje y la inmoralidad, teniendo que pagar el inmenso costo de hogares destruidos, fantasías incumplidas y el sufrimiento que surge de violar las leyes divinas que Dios nos enseñó para alcanzar la verdadera felicidad.
8.- No robarás.
Hoy sigue castigado por las autoridades civiles cuando una persona roba una propiedad ajena; aunque muchos salgan impunes por sus delitos podríamos decir que sigue vigente esa ley. Pero nosotros mismos ¿hemos robado alguna vez algo?
Si nos ponemos a analizar las cosas que podemos quitarle a la gente con nuestras acciones, tal vez no sea algo tangible como un reloj, un auto, un celular o un vestido; pero sí podemos estar robando la paz, tranquilidad o el tiempo. Actuamos sin conciencia de que nuestras acciones afectan a terceros. El tiempo lo robamos en el trabajo, cuando decimos que trabajamos y en lugar de hacer eso nos ponemos a revisar el facebook o escribir en whatsapp en horas de trabajo. Una agencia estadounidense ha calculado que “el robo de tiempo le cuesta a la economía norteamericana 70.000 millones de dólares al año”.
Si estamos concientes de este mandamiento podemos dejar de malgastar el tiempo de otros y ser más responsables con nuestras actividades.
9.- No darás falso testimonio contra tu prójimo.
Las palabras pueden destruir reputaciones y matar amistades. Pueden herir a las víctimas con sus crueles púas con mayor severidad de lo que lo haría una sentencia de prisión dada por un juez en una corte.
El chisme, el amarillismo en los medios es como una cloaca social para los oídos; sin embargo nuestra cultura lo convierte en el principal objetivo de la prensa y en un tema constante de nuestras conversaciones. Es una enfermedad que nos inunda con malas relaciones y tiene serias consecuencias, debe ser castigado y no pasar por alto.
10.- No codiciarás.
Si pudiéramos apartar nuestro pensamiento de la codicia, hay muchos males materiales que tenemos por codiciar, se nos ha enseñado a envidiar lo que tiene el otro y no por ser positivo. Si la esposa del otro es más guapa, si la casa es más grande o el auto más nuevo, nuestra vista se desvía continuamente hacia los bienes ajenos, inconscientemente vemos por las puertas o las ventanas para ver al vecino o a las personas que pasan enfrente de nosotros.
Este mandamiento nos llama a la santidad, no es malo desear ser mejores; pero es ver el propósito de esos bienes, si no son para compartir o para ayudar, entonces cuál es la razón para tener esas cosas materiales, debemos saber vivir en un mundo material que nos forma a su conveniencia. Las tiendas de ropa, las marcas de auto, todo un sistema mundial nos llama al consumismo; pero nuestro Dios nos llama a ser seres santos, caritativos y amorosos con nuestro prójimo.
Así que recordemos que está ley de Dios ha sido creada para nuestro beneficio y a más de ser una serie de reglas para regir nuestra vida, son todas las recomendaciones para vivir mejor. Meditemos en estos mandamientos y veamos por nosotros mismos si tienen vigencia para las necesidades de nuestros días.
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”